RENACER

Hace dos años me sucedió lo peor que podría pasarle a cualquier fotógrafo profesional: fui victima del robo de todo mi patrimonio fotográfico (Discos duros, cámaras, computadores y todos los backup con las fotos originales). Estamos hablando de un banco de imágenes de veinticinco mil fotos que había logrado constituir durante 9 años de viajes en 11 países diferentes. Se habló de atentado político por la importancia del contenido en los discos duros, golpe que corroboraría las tres amenazas de muerte que había recibido por mi ejercicio como fotógrafo de las causas sociales. Dijeron también que pudo haber sido un "simple robo" y que los ladrones le atinaron por suerte a ese gran botín. El hecho es que todas mis imágenes, esas que construyeron mi obra fotográfica y las muchas tantas que aún no había sacado a la luz publica dejaron de existir a partir de ese momento. Fue literalmente como si nunca hubiera tomado una fotografía en mi vida, una verdadera pesadilla. No me mataron físicamente, pero mi corazón se fue con todas esas fotos y los recuerdos tan valiosos que representaban para mi. Hace dos años pensé que mi vida como fotógrafo había terminado por completo. Lamenté mucho no haber compartido esas imágenes cuando pude con todo el mundo.

Sin embargo, después de dos años de verificar minuciosamente los pocos archivos que sobrevivieron, de darle tres vueltas a todos los mails intercambiados donde hubiera podido sobrevivir alguna fotico en buena resolución y de llamar a las galerías, ONG e instituciones con las que he trabajado, he logrado recuperar hasta hoy casi el 2% de las fotografías en cuestión las cuales empezaré a compartirles con el mayor de los gustos en este web site, cada una con sus respectiva historia.

Espero que les gusten y los hagan viajar. Esta experiencia me sirvió para valorar aún más este tesoro y para convencerme que las fotos están para ser vistas y para compartirlas con todo el mundo. Esta es una segunda oportunidad, un RENACER.

Disfruten. Ahora son suyas.

Un abrazo fraterno de armonía